Sep 29, 2019

Día 84 de 365: Recaídas

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Hace tiempo que no he escrito sobre mi año socializando sobria, así que aquí estoy. 

Me había ido bastante bien pero no hace falta ser un lumbreras dado el título del artículo para darse cuenta que he tenido un par de recaídas. 


La primera, ya hace un tiempo, había salido con una amiga, había estado sobría socializando, y nos paramos literalmente a unos metros de mi casa a comer algo por lo que pensé que no sería un problema beber una copa de vino. El problema es que no paré ahí.  Iba camino de casa, estaba comiendo y estaba con una amiga en la que confío. ¿Qué podía salir mal? No mucho, pero salió mal. Decidí tomar una segunda copa de vino. Por suerte, la cosa quedó en eso.
La mañana siguiente tenía una resaca descomunal, lo suficientemente grande para recordarme el por qué estoy haciendo esto.

Todo fue bien después de esto hasta que recientemente fui de vacaciones con un amigo. Otra vez, empecé a beber mientras comía, y qué demonios, estoy de vacaciones con alguien en quien confío, lejos del drama que me empujó a decidir no beber socialmente por lo que, de nuevo, ¿qué podía salir mal?


Pues digamos que no recuerdo cómo volvimos al apartamento esa primera noche de las vacaciones y eso me asustó tremendamente. 


Seguí tomando alguna bebida cuando salíamos durante el resto de las vacaciones, bebiendo más que si estuviera en casa, pero por lo menos alternándolas a partes iguales con bebidas no alcohólicas.

¿Que me han enseñado estas recaídas? (Porque no iba a lograr nada machacándome a mí misma) 


Principalmente que no puedo bajar la guardia, incluso si las circunstancis parecen seguras. Si el pensamiento "¿qué puede salir mal?" se me pasa por la cabeza, debería estar aún más alerta que habitualmente. 

¿Has tenido recaídas en tus proyectos de sobriedad? ¿Cómo te han hecho sentir? Y aún más importante ¿qué has hecho para prevenirlas?

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